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¿Qué buscan los
profesionales en una Organización?
Los rasgos principales que caracterizan la sociedad del conocimiento en
una economía globalizada como la que estamos viviendo, indican que se
trata de una sociedad compleja, difícil de conducir, de predecir, llena de
contradicciones y de incertidumbres. Nos enfrentamos a un mundo sin
certezas, a la espera de nuevas convicciones y modelos para movernos ante
un cambio veloz y continuamente acelerado; un mundo receloso en el que nos
hemos olvidado de principios, esencias, valores y respetos, y en donde la
responsabilidad social y la ética deben recuperar un papel preponderante.
La economía actual se identifica por el impacto simultáneo de diferentes
factores de cambio: tecnológicos, competitivos, culturales y
organizativos. Ante este panorama las personas, necesitan acostumbrarse a
nuevos entornos laborales en los que la inestabilidad laboral y la
movilidad son ya constantes y frecuentes.
El
talento humano ha sido el causante de los cambios y progresos más
significativos que han afectado a las Organizaciones a lo largo de la
Historia de la Humanidad, pero muy especialmente en los últimos doscientos
años: el paso de la fuerza física a la importancia del conocimiento como
motor e impulsor de riqueza, la mudanza del autoritarismo a la
participación, las transformaciones de numerosos sistemas políticos y de
gobierno, la globalización, el auge del trabajo en equipo, la
responsabilidad social, la conciencia ecológica,... Así pues, el talento
es el valor diferencial por excelencia, y la competitividad de las
empresas está directamente relacionada con la capacidad que éstas tienen
para atraerlo, retenerlo y desarrollarlo. Cierto es que la diferencia
entre Organizaciones puede residir también en el aprovechamiento de las
oportunidades que el propio cambio genera, así como en la adecuada
aplicación de las técnicas de Management para conseguirlo, pero la
consecuencia es siempre la misma: sólo individuos con auténtico talento
podrán elevar la competitividad de las empresas y sólo las empresas
auténticamente competitivas podrán ser líderes en el escenario global de
los negocios.
Pero, ¿qué es el talento? Podríamos definirlo como el ejercicio
inteligente y eficaz de los conocimientos, la experiencia y los
comportamientos, aplicados a la gestión, de forma que colaboradores,
clientes y proveedores sean tratados como socios e incluidos en el
organigrama de la Organización. El conocimiento es nuestra fuerza motriz,
nuestra herramienta de producción más potente, el auténtico sello de
distinción de las empresas.
Vivimos una época en el que la administración inteligente de los Recursos
Humanos es fundamental para el desarrollo y sostenimiento de las
Organizaciones. Los directivos utilizan diversos criterios para evaluar
una oferta de trabajo, entre ellos se encuentra, evidentemente, el
económico, pero sin embargo, en España y en la mayoría de países
occidentales, muchos de quienes abandonan una empresa no lo hace por
dinero, sino por otra causa: la pobre planificación empresarial
ocasionada por un pésimo liderazgo de quienes tienen la obligación
de hacer llegar la nave a buen puerto, lo que ocasiona miedo a un futuro
inestable y una convivencia conflictiva en el entorno laboral.
Podríamos sintetizar en tres grandes bloques las expectativas de los
profesionales del conocimiento: esperan de sus empresas salarios fijos más
altos con participación en beneficios (baja la credibilidad de las
stock options), mayor credibilidad en el enfoque del negocio que han
realizado los directivos (planificación estratégica) y que se confíe en
ellos (delegación de tareas interesantes y retadoras).
Hay que tener en cuenta que estos profesionales reciben frecuentes ofertas
de trabajo, por tanto tienen que estar suficientemente motivados.
Motivación que en contra de lo que podamos pensar no sólo se rige por un
mayor salario, ya que las principales razones de atracción del talento son
el desarrollo profesional (25%), trabajar en una empresa líder (19%) y
trabajar en una Organización innovadora (18%). Sin embargo, el factor de
la alta retribución sólo es un motivo principal en un 10% de los casos, el
resto del porcentaje se reparte entre otras cuestiones más diversificadas.
Cuando hablamos de los elementos motivadores del profesional que
gestiona el conocimiento, que desea encontrar en su lugar de trabajo,
podemos destacar:
1- |
Busca un
proyecto innovador en el que se sienta implicado. |
2- |
Quiere
poder actualizar sus conocimientos y tener la posibilidad de una formación
continua, tanto con temas profesionales como con otros de mejora que
permitan su desarrollo personal. |
3- |
Trabajo
estimulante, con situaciones de reto frecuente. |
4- |
Tecnología a su disposición. |
5- |
Flexibilidad horaria que le permita organizar su trabajo diario, planificar
vacaciones y distribuir su tiempo libremente. |
6- |
Retribución fija estable y segura, más un porcentaje variable que sea
interesante. |
7- |
Proyección internacional, tanto de su propio trabajo como de la empresa en
su conjunto. |
8- |
Posibilidad de viajar nacional e internacionalmente. |
9- |
Clima
informal y afinidad con la cultura y valores de la empresa. |
10- |
Equilibro entre vida profesional y privada para evitar un continuo
sacrificio de la vida personal. |
11- |
Compaginar el trabajo en equipo con el trabajo individual. |
12- |
Disponer, analizar y compartir información. |
13- |
Poder
tomar decisiones concernientes a su tarea. |
14- |
Que se
le permita la generación, construcción y desarrollo de ideas. |
15- |
Posibilidad de fijar los plazos a los que se va a comprometer, sin
imposiciones. |
En
cualquier caso la fidelidad de los profesionales de hoy en día es
fidelidad a una carrera más que a la empresa. Pronto, muy pronto, más
pronto de lo que suponemos, la mayoría de las Organizaciones girarán en
torno a las personas con talento y sus necesidades, y no al contrario,
como en la actualidad. Este tipo de profesional será considerado como un
socio, no como un subordinado, generando una nueva situación de "poder del
conocimiento" que tendrá muchas consecuencias, tanto para las empresas
como para los trabajadores, ya que se pasará de una situación en la que la
empresa "controla la situación" a otra en la que es el trabajador el quien
la controla.
A pesar de que el factor monetario es vital y pudiera parecer el recurso
más importante, no lo es sino a través de la gente que toma las decisiones
sobre los recursos financieros y materiales de una empresa. Es el capital
humano, y sólo el capital humano, quien puede multiplicar el recurso
financiero a través de las decisiones que se adoptan.
La fuga del talento a
causa de un liderazgo inadecuado
Debemos admitir que los tiempos han cambiado y que ya nadie piensa en
cumplir 25 años en la misma empresa y esperar que le regalen un bolígrafo,
un reloj o una placa conmemorativa. La rotación de profesionales es una
realidad y las cifras lo demuestran cada vez con mayor fuerza. En los
últimos dos años el 70% de los profesionales de alto nivel han cambiado de
trabajo, el 25% de los de alto potencial tiene en mente cambiar de
compañía antes de un año, otro 25% está indeciso, mientras solamente tres
de cada diez del total están satisfechos con su trabajo. Las empresas
deben intentar reducir esa elevada rotación, y sobre todo mantener a su
gente más valiosa, evitar a toda costa la “deslocalización del
conocimiento” en la Organización. Se puede resumir todo el concepto de
gestión de talento en una frase de Bill Gates, fundador de Microsoft:
"si 20 personas concretas dejaran Microsoft, la empresa quebraría".
Esta afirmación transmite la creciente importancia del talento en la
gestión moderna. Aunque los profesionales se encuentren satisfechos en sus
empresas, una parte de ellos, los más valiosos, están dispuestos a cambiar
de trabajo si les son ofrecidas condiciones que mejoren sus expectativas,
coincidan mejor con sus valores y sean dirigidos por líderes preparados y
coherentes..
Son muchas las compañías que han detectado que la potencia que les
permitirá superar a sus competidores no es el trabajar cada vez más, sino
trabajar con mayor talento. Pero para retener el talento primero hay que
localizarlo, el problema de muchos líderes es que todavía no han sabido
identificar donde está su talento en su empresa, y en algunos casos
todavía peor,... creen que ellos son el único talento que existe en su
Organización: “si quiero algo bien hecho tengo que hacerlo yo mismo”.
Hay dos factores claves que influyen decisivamente en la forma de
gestionar el talento: la escasez de profesionales y la aceleración de los
conocimientos. En ambos casos, una correcta política por parte del líder
es esencial para proteger y aumentar la potencia del talento de la
empresa. Como características personales las Organizaciones valoran la
inteligencia, el sentido común, la capacidad de trabajo tanto autónoma
como en equipo, la capacidad de distribuir y emplear el tiempo, la
excelencia en la gestión, la creatividad, la innovación, la flexibilidad,
y una cierta capacidad “todo-terreno”. Entonces, si las empresas han
sabido identificar las principales cualidades que sus colaboradores han de
poseer y desarrollar, ¿por qué razón tienen dificultades a la hora de
atraer y retener el talento? Sólo el talento es capaz de reconocer al
talento. Podríamos dividir en dos grandes grupos los factores que
generan tan alta rotación de personas valiosas:
a)
Razones relacionadas con un liderazgo mediocre del inmediato
superior:
► |
Inmadurez personal y profesional del líder. |
► |
Soportar a un líder envidioso de los éxitos personales. |
► |
Pésima
gestión en las relaciones humanas del líder. |
► |
Estilo
gerencial basado en el “terror”. |
► |
Trabajar con un líder vulgar y poco brillante. |
► |
Incapacidad para establecer indicadores que alerten sobre el rumbo de la
empresa. |
► |
Colaborar con un líder obsesionado por la burocracia. |
► |
Un
líder que se apropia de ideas ajenas en nombre del “trabajo en equipo”. |
► |
Depender de un líder ocupado en mantener y defender su posición en el
organigrama. |
► |
Cuando
la obsesiva “controlitis” del líder generada por la falta de confianza en
sí mismo y su desconfianza en el equipo, crea un “cuello de botella” que
ralentiza, frena e incluso llega a paralizar el ritmo de trabajo. |
► |
Estar
pendiente de un líder que no sabe gestionar su tiempo, que maneja “plazos
imposibles” o que pospone continuamente los proyectos. |
► |
Falta
de una definición clara por parte del líder de la estrategia de negocio. |
► |
Un
líder que tiene miedo e incluso pánico a tomar decisiones, escudándose en
largos e innecesarios procesos de análisis. |
► |
Cambio
permanente de normas y objetivos. |
► |
Convivir con un líder ególatra, vanidoso y pedante. |
► |
Un
liderazgo fundado en el poder y el feudo, y no en las contribuciones de
negocio de cada colaborador. |
► |
Cuando
el líder actúa con nepotismo, favoritismo y parcialidad. |
► |
Si el
líder no dedica el tiempo suficiente a las personas que colaboran con él,
si continuamente convoca reuniones inútiles, si no apoya a su gente, si no
se implica suficiente,... |
b)
Otras razones:
► |
Problemas financieros de la empresa. |
► |
Limitada
promoción profesional. |
► |
Rutina
en las tareas que realizan, lo que ocasiona aburrimiento. |
► |
Escaso
enriquecimiento profesional y personal. |
► |
Indefinición de las retribuciones y carencia de un paquete salarial
competitivo acorde con el mercado. |
► |
Ausencia de retos profesionales. |
► |
Expectativas personales y/o profesionales no cumplidas. |
► |
Estar
en un ambiente laboral sembrado de discordias y discusiones continuas. |
► |
Ausencia de formación. |
► |
Cultura de trabajo no acorde a los nuevos tiempo que nos está
correspondiendo vivir. |
► |
Trabajar en proyectos mediocres, de bajo interés o poca calidad. |
► |
Sistemas de Recursos Humanos diseñados en la época industrial y que no han
evolucionado conforme a las nuevas dinámicas. |
► |
Falta
de estabilidad y claridad en los objetivos de negocio. |
► |
Ausencia de un valor único en sus productos o servicios y procesos
reconocibles por el mercado. |
► |
Caos y
desorganización generalizada entre los departamentos. |
|
|
Buenas iniciativas y proyectos se frustran por que los líderes no son
capaces de atraer, seducir y retener el talento adecuado para el negocio.
Tradicionalmente los modelos de gestión de recursos humanos se definieron
sobre la base del ciclo de vida de las personas en la empresa, es decir
pasando por las fases de reclutamiento, selección, formación y desarrollo,
remuneración y desvinculación. Ahora la estrategia ha de estar basada en
la conciliación entre la visión que de la compañía se tiene y las
expectativas de los profesionales. No hay que olvidar que una de las
principales preocupaciones de los responsables de Recursos Humanos es la
creación y actualización de los conocimientos. La falta de creatividad
para ofrecer alternativas en estos casos es preocupante. ¿Cómo aprovechar
ese talento, esos conocimientos, esa experiencia, esa forma de actuar,
logrando además reducciones de costes y rejuvenecimiento de la empresa?
En las reducciones de plantilla, a menudo se prejubila por definición a
las personas que tienen una cierta edad. Es un error, ya que algunos de
estos individuos tienen un talento que no se debería dejar escapar. Los
“cincuentones con talento” son un colectivo con un alto grado de
conocimiento, con más experiencia y, en algunos casos, con un acertado
“saber hacer”, don de gentes y habilidades interpersonales. ¿Por qué
desperdiciar este recurso?
Lo mismo ocurre en el tema de la inmigración. No debe ser un factor
determinante ni excluyente donde nació la persona, es importante que los
líderes no tengan prejuicios y den la bienvenida a personas que son
diferentes. Necesitamos el conocimiento y la experiencia de los
trabajadores inmigrantes, abramos mentes y corazones estando dispuestos a
entender que hay muchas personas de grandes habilidades que vienen de
otros lugares y pueden aportar talento a la Organización. Cada vez
adquiere mayor importancia de la internacionalización de la empresa, como
clave que interpreta la nueva realidad de una economía global, integrando
mercados globales junto a otros locales, nacionales y regionales. Grave
error cometería el líder si para ello no cuenta con las personas adecuadas
y piensa que puede hacerlo solo. También adquiere trascendencia la
internacionalización y la variedad de culturas en el propio equipo
directivo, como clave que marca uno de los retos de la nueva época, ya que
no basta con desarrollar negocios sin fronteras, sino que hay que aprender
a actuar, a entender y a vivir toda la riqueza cultural de los países,
regiones y comarcas en que pueda operar la empresa. Es preciso disponer de
líderes transnacionales, sin prejuicios ni cantonalismos localistas, que
integren la riqueza de la diversidad cultural como un conocimiento en su
“inteligencia directiva”, y en donde, por descontado, la incorporación
real de la mujer podrá dinamizar y mejorar el enfoque de todo el sistema.
El conocimiento se manifiesta como la mayor ventaja competitiva que pueden
tener las empresas, por lo que se hace indispensable mejorarlo, protegerlo
y compartirlo entre los diferentes colaboradores de una misma
Organización, lo que al final permitirá mejorar la cuenta de resultados,
que es, al fin y al cabo, de lo que se trata.
Algunas
preguntas que debe hacerse un líder respecto a los trabajadores del
conocimiento:
► |
¿Qué
motivos tiene una persona para trabajar conmigo en lugar de con la
competencia? |
► |
¿Valoro el capital humano al igual que valoro las ventas o la reducción
de costes? |
► |
¿Qué
mecanismos empleo para atraer, desarrollar y retener el talento? |
► |
¿He
analizado el rendimiento, y por tanto la rentabilidad, de las personas?
|
► |
¿Están todas estas preocupaciones alineadas con los objetivos
estratégicos? |
► |
¿Existen procedimientos de comunicación bidireccional en la
Organización? |
► |
¿Me
tomo en serio y saco conclusiones de las encuestas de clima laboral? |
► |
¿Dispongo de personas y programas en la Organización dedicadas al
desarrollo de talento? |
► |
¿Las
planificaciones que se hacen en Recursos Humanos están correctamente
encauzadas? |
► |
¿Tengo un presupuesto asignado para captar y atraer talento? |
► |
¿Qué
tipo de competencias, conocimientos y habilidades necesita la
Organización? |
► |
¿Quién los posee? ¿Cuánto cuestan? |
► |
¿Cómo evaluar la caducidad de esos conocimientos? ¿Cómo actualizarlos? |
Hay
que erradicar aquella máxima obsoleta: “a igual trabajo, igual salario”
y cambiarla por otra que diga: “a mejor resultado, mejor recompensa”.
No basta con que las empresas funden su desarrollo en trabajo, motivación
y compromiso, que son las bases de la gestión moderna, sino que deben que
ir más lejos y entender que la “tridimensionalidad” de los resultados se
da únicamente en los escenarios donde actúan personas con talento. El
líder debe buscar y rodearse de gente diferente, que haga cosas diferentes
y,... por lo tanto retribuirla de forma diferente.
La gestión del talento
Es, o debería ser, la principal preocupación de los Gerentes,
Directores Generales y responsables de Recursos Humanos de las grandes,
medianas y pequeñas empresas. La gestión del talento es fundamental en un
mercado competitivo y globalizado donde las Organizaciones cada vez se
diferencian menos unas de otras por sus capacidades técnicas, pues en la
actualidad no es difícil ni excesivamente costoso contar con la más
moderna tecnología. Lo que realmente diferencia a una empresa de otra es
su capital humano, la persona, el individuo diferenciado, único e
irrepetible, y lo verdaderamente importante es saber gestionar el talento
que posee.
La velocidad que ha impuesto la nueva economía al mercado laboral ha
afectado a esa gestión y al modo de atraer y retener a estos profesionales
a las empresas. La competencia actual por el talento basada únicamente en
ofertas salariales cada vez más elevadas resulta muy costoso y ya no es
efectiva. Atraer, retener y gestionar adecuadamente el talento debería se
la nueva consigna, la idea fuerza que vertebre las Organizaciones.
Aquella persona que posee conocimientos, habilidades y experiencias, es
decir, competencias, capaz de generar resultados medibles de negocio; cuya
contribución a la empresa está claramente definida, alineada en sus
objetivos y actividades a los objetivos del negocio; cuya participación en
la cadena de valor resulta evidente y única, ya que tiene capacidad de
crear una Visión en su equipo, lograr una adhesión, llevar a la práctica
esa Visión, controlar el seguimiento y sus resultados, así como
interactuar con otros equipos para el logro de resultados globales,... esa
persona es oro de 24 quilates que debemos retener a toda costa,
otorgándole poder y confianza. Es la verdadera riqueza que puede hacer
sostenibles y competitivas a las Organizaciones, siendo fundamental para
el buen desarrollo del negocio:
1- |
Generar
en la empresa un cierto “culto al talento”, siendo la alta dirección de la
compañía la primera patrocinadora de ese talento, “apadrinándolo a la
siciliana” y “amándolo apasionadamente”. |
2- |
Atraer
el talento, haciendo que la imagen que la empresa desea dar ante sus
clientes, usuarios, proveedores, y empleados coincida con las expectativas
de los profesionales. |
3- |
Crear
una imagen de “marca interna”, pues la falta de relación entre una imagen de
marca de gran impacto en el mercado exterior y la imagen interna pésima de
la misma compañía genera la infidelidad del talento. |
4- |
Ubicar
adecuadamente el talento, pues no todos valemos para todo, pero todos
valemos para algo. Aprovechar el talento para generar el máximo valor. |
5- |
Desarrollar
el talento de forma “agresiva”, pues la mayoría de los profesionales evalúan
como uno de los mayores factores de atracción la posibilidad del reciclaje
acelerado. |
6- |
Retener
el talento, ya que el mercado es duro y el talento es muy caro; cuesta mucho
más adquirir que retener. |
La rotación no deseada descapitaliza el preciado “saber como hacer” de
la empresa y no facilita la cimentación del crecimiento de la
Organización. Compaginar en forma y modo el conocimiento, la innovación y
la experiencia adecuada es la clave del auténtico liderazgo. Pero no sólo
es importante proteger el talento, sino que hay que conseguir que ese
capital humano de la empresa sea capaz de adaptarse a las necesidades del
mercado. ¿Qué se puede esperar del trabajador del conocimiento en la
empresa? En términos generales:
► |
Que contribuya al desarrollo de la
misma, que “se eche a la empresa sobre sus propios hombros”, que sea
factor de competitividad, que “vista y haga suyos los colores de la
Organización”. |
► |
Que sea protagonista activo y no
espectador pasivo de su crecimiento. |
► |
Que sea capaz de crear una Visión desde
la libertad y la responsabilidad, manejando adecuadamente la tradición
con la innovación, tomando decisiones alineadas con la planificación
estratégica. |
► |
Que pueda conseguir la adhesión de los
integrantes de la cadena de valor, a través de la persuasión, el
entusiasmo y una adecuada dosis de autocontrol. |
► |
Que consiga llevar esa Visión a la
práctica, impulsando a la acción, con una adecuada comunicación y una
correcta delegación. |
► |
Que dé seguimiento para garantizar que
las cosas ocurran según lo planeado, con sano control y
retroalimentación hacia las personas del equipo. |
► |
Que consiga resultados con los recursos
disponibles, un buen enfoque directivo, derribando obstáculos y
superando expectativas. |
► |
Que estos resultados los alcance
utilizando las fortalezas de sus colaboradores, desarrollando relaciones
positivas y fiables en toda la Organización. |
Esta
es una ESTRATEGIA DE SUPERVIVENCIA Y DESARROLLO, no es una opción que
podamos elegir entre otras muchas. La importancia del liderazgo del
conocimiento, como clave para la creación de nuevo sistema organizativo,
plagado de innovación y de capacidades dinámicas, es básico para entender
la NUEVA REALIDAD y dirigir la complejidad de la NUEVA ECONOMÍA.
La gestión del talento humano implica el desarrollo de procesos de mejora
continua no sólo de los conocimientos, experiencias y habilidades en el
desempeño de la actividad laboral. No descuidemos la finalidad de la
empresa, que es la de obtener beneficios. A mejor gestión del talento
mejores resultados. Podemos afirmar que actualmente nos encontramos en
plena "guerra por el talento" y que las empresas que entiendan este
profundo cambio serán las líderes del mañana, del futuro inmediato.
La ética y el compromiso social de las Organizaciones y de sus líderes
cobran una nueva dimensión ante los retos e incertidumbres de la nueva
era; su gestión implica una conducta inteligente, emocionalmente
comprometida y más solidaria, que permite configurar el nuevo papel que
están asumiendo las ORGANIZACIONES INTELIGENTES del actual milenio. Por
ello debemos mirar al futuro, pero recapacitando sobre el pasado, siendo
innovadores y al mismo tiempo prudentes y reflexivos, incorporando
inteligencia a las emociones y sentimientos al raciocinio, creando unos
modelos para el pensamiento-acción más humanistas-renacentistas.
Competitividad es el nombre de los nuevos negocios; se acabó el tiempo
para las empresas con mercado cautivo, con productos y servicios
protegidos, con sistemas y métodos de trabajo de baja eficacia. Es la
resultante de la rentabilidad y de la productividad de la empresa en un
escenario de libre competencia, de cambios constantes, con la aparición de
“nuevos jugadores” y reglas en continua evolución. De tal manera que sólo
sobrevivirán aquellos que sean capaces de fundar sus estrategias en el
territorio del conocimiento, del liderazgo y de una rápida adaptación a
los espacios y los tiempos que marcan los mercados. Existen tres agentes
críticos que concurren al logro de estos objetivos:
► |
La
Alta Dirección.
Diseñando y comunicando una cultura promotora del talento, en la que se
respete la innovación, la especialización, la autonomía en la toma de
decisiones y la participación en discusiones estratégicas. Una cultura
en la que se logren resultados de corto plazo sin sacrificar los de
mediano y largo plazo, y se favorezca la comunicación abierta de ideas y
opiniones, el autocontrol de la gestión sin supervisiones asfixiantes, y
una retroalimentación oportuna de aciertos y errores. |
► |
El Jefe inmediato de la persona con talento.
Asegurando en la relación y en la dirección del día a día que esta
cultura esté presente, sin vicios ni caprichos, sin privilegios ni
antagonismos. |
► |
La
Dirección de Recursos Humanos.
A través del diseño e implementación de políticas y sistemas de
Management que reconozcan la condición de “trabajador del conocimiento”,
enfocados a privilegiar el resultado del talento sobre el trabajo
mediocre. |
Esta
nueva ERA DE LOS INTANGIBLES, es decir, de la creación de valor basada en
el talento, en la acción y en la información, en la capacidad de aprender
y de desarrollar talento organizativo, es la época que viene
protagonizando la definida como ECONOMÍA BASADA EN CONOCIMIENTO. Las
situaciones de cambio, generadoras de complejidad, se pueden y deben
gestionar con eficacia.
Autor:
Félix Velasco
Consultor de Management de Grupo ODE
ode@ode.es
- www.ode.es
www.ode.es
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