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EN EL MUNDO CONTEMPORÁNEO TODOS ESTAMOS EN
CONTINUA ACCIÓN...
Las naciones que cuentan con un importante número de personas motivadas
hacia el logro común y personal, tienden a mostrar un rápido y elevado
desarrollo económico y social. Indiscutiblemente las empresas juegan un
papel principal en ese progreso nacional.
Este siglo está demandando ya una mayor productividad, un nuevo estilo de
trabajo para todas las personas, una labor especializada y al mismo tiempo
más generalista, con un alto porcentaje de polifuncionalidad, una mayor
aplicación de la creatividad con elevado contenido innovador, y una
mentalidad más abierta ante los cambios que experimentamos y ante los que
ya vislumbramos. Avanzamos hacia una época propicia para las
Organizaciones que sean capaces de realzar ajustes y mejoras en relación
con su entorno humano, pero también muy difícil para aquellas que no hagan
nada al respecto y continúen “como siempre” o con “más de lo mismo”.
Para que una empresa crezca de forma sana,
saludable y armónica necesita una infraestructura adecuada y actualizada,
acorde con la realidad de un mundo globalizado, con las variaciones de los
mercados, con el cambio constante y acelerado,... Ello no será
posible si nos enfrentamos a estas realidades con pasividad, pues la vida
es fundamentalmente ebullición, actividad y desarrollo.
En el mundo contemporáneo todos estamos en continua acción. Pero... ¿por
qué nos movemos?, ¿por qué actuamos?, ¿por qué nos interesamos por las
cosas?, ¿cuáles son las razones que nos inquietan? ¿qué es lo que
motiva a alguien a hacer algo?, ¿cuáles son los las causas que nos
estimulan? ... ¿por qué trabajan las personas?
¿POR QUÉ TRABAJAN LAS PERSONAS?
El
primer impulso de respuesta a esta última cuestión será, en la mayoría de
los casos, que la realicemos, por dinero, la gente trabaja porque
necesita alimentarse, vestirse, adquirir un piso, sostener su hogar y
velar por el bien de su familia.
Hace tiempo, la estrategia de las compañías para conseguir gente que
trabajara con mayor entusiasmo era ofrecerles una mayor compensación
económica, pero las complejas motivaciones que mueven a los seres humanos
a trabajar no pueden explicarse de forma tan simplista. Realmente
trabajamos por dinero, si, es cierto, pero también por la necesidad de la
actividad misma, por la exigencia de desear una interacción social con
otras personas, para emplear nuestra energía, para lograr un estatus
social, para sentir que somos eficientes, para enorgullecernos de nuestro
trabajo, y para realizarnos como seres humanos entre otras muchas razones.
Es evidente que en un entorno de “obrero no calificado” el dinero juega un
papel más importante como factor motivador que a otros niveles
profesionales.
La gente orientada hacia los logros personales
busca el triunfo en sí mismo, aunque puede y es legítimo lograr
bienes materiales en su esfuerzo por alcanzar el éxito. Son personas que
también trabajan con un alto deseo de vencer obstáculos, alcanzar metas y
ser útiles a otros.
LA MOTIVACIÓN EN EL TRABAJO
La motivación como fuerza impulsora es un elemento de importancia en
cualquier ámbito de la actividad humana, pero es en el trabajo donde se
manifiesta con una mayor necesidad.
El tiempo que dedicamos al trabajo supone una gran parte de nuestra vida,
es necesario que estemos motivados por el mismo, de forma que no se
convierta en una actividad alienada y trágicamente opresora; el estar
motivado hacia el trabajo trae consecuencias psicológicas positivas, tales
como la autorrealización, el sentirnos competentes, sabernos útiles y
mantener nuestra autoestima. No olvidemos que las satisfacciones
proporcionadas por el trabajo, si ese trabajo es digno, contribuyen al
bienestar general del individuo y a su sentimiento de valor personal.
El ser humano tiene necesidades fisiológicas, psicológicas y otras propias
de la cultura en la que vive inmerso, el trabajo proporciona un modo de
satisfacer las carencias que de ellas tenga y de adquirir un sentido de
trascendencia ante sus propios ojos y ante los demás.
La satisfacción es aquella sensación que el
individuo experimenta al lograr el restablecimiento del equilibrio entre
una necesidad y el objeto que la elimina o reduce.
La mayoría de los psicólogos contemporáneos afirman que toda la conducta
es motivada, con excepción quizá de algunos reflejos. Las personas actúan
por diferentes motivaciones, si conocemos cuáles son y se asignan tareas
en función a estas, aprovecharemos mejor los potenciales del personal y
aumentaremos su productividad. Es necesario estudiar y conocer los
impulsos, tendencias y estímulos que asedian constantemente nuestra vida y
nuestro organismo y que nos llevan, queramos o no, a la acción.
La mejora del rendimiento individual, y de la productividad en su
conjunto, es una exigencia incuestionable en la actualidad y depende de
nuestro perfil profesional, de nuestra satisfacción y de nuestra
motivación. Los líderes del siglo XXI pueden desempeñar un importante
papel positivo en estas variables. La
satisfacción de los trabajadores es un fin en sí mismo, tiene
un valor intrínseco, y compete tanto al trabajador como a la empresa; no
es conveniente adoptar posturas utilitaristas que consideran la
satisfacción laboral sólo como uno más de los factores necesarios para
lograr una producción mayor, la cual sería un beneficio cuyos frutos se
orientarían principalmente a la empresa. Tampoco podemos caer en el
extremo opuesto del paternalismo rancio y trasnochado.
LA MOTIVACIÓN ES EL PRIMER PASO QUE NOS LLEVA A
LA ACCIÓN
La motivación es el primer paso que nos lleva a la acción, y la motivación
es un motor que se pone en movimiento mediante el estímulo. Mientras una
conducta instintiva no requiere voluntad por parte del sujeto, la conducta
motivada sí que la requiere. Así pues no conviene confundir la
motivación con los estímulos
ni con los instintos; los tres
impulsan a actuar, pero su origen y sus funciones son muy diferentes.
La conducta motivada requiere una razón por la cual ponerse en marcha y un
objetivo al que dirigirse, y está constituida por factores capaces, no
sólo de provocarla, sino también de mantenerla orientada hacia el mismo.
Toda actividad está motivada por alguna causa, y esa causa es lo que
llamamos motivo, así pues el motivo nos impulsa a la acción, a la
actividad, y se presenta bajo la forma de un impulso, una tendencia, un
deseo, una necesidad... En esta actividad motivada se pueden distinguir
tres momentos principales: el motivo
en sí mismo, la conducta
motivada y la
disminución o satisfacción de la necesidad.
No todos los motivos tienen un mismo origen, ni son de la misma
intensidad, ni tienden hacia los mismos intereses. Pero, sin embargo, se
puede decir que el campo de la motivación abarca la totalidad del
psiquismo humano comprendiendo una gama amplísima de móviles que incitan
al hombre constantemente a actuar. Podemos señalar móviles que van desde
los impulsos más elementales, como el hambre, el sueño..., hasta los más
complicados y complejos como puede ser el impulso o deseo de la persona a
ser bioquímico, periodista, astronauta,... ser solidario, dedicar
parte del tiempo al voluntariado altruista,...
La motivación es siempre anterior al resultado
que se espera obtener, puesto que esta implica un impulso para
conseguirlo; mientras que la satisfacción es
posterior al resultado, ya que es el resultado experimentado.
EL DESARROLLO DE LOS INDIVIDUOS EN LA
ORGANIZACIÓN
El desarrollo y crecimiento de los individuos que la forman es
estratégicamente importante para la Organización, observando esta
necesidad, las empresas buscan motivar a sus colaboradores por medio de
planes que apuntan a la mejora de sus condiciones de vida laboral y/o
personal, haciendo que las relaciones interpersonales se optimicen,
fijando metas alcanzables que permitan aportar lo mejor de cada uno,
facilitando una formación que evite la obsolescencia profesional,...
Lo que se debe buscar es que los empleados se
encuentren a gusto y sean capaces de solucionar sus necesidades, tanto
individuales como grupales, desde las más básicas hasta las más
complejas. El líder debería preguntarse frecuentemente con referencia a
sus colaboradores varias cuestiones:
Clima laboral:
¿Se comparten acontecimientos personales tales como bodas,
nacimientos, alegrías particulares, éxitos profesionales,....?
¿Existen frecuentes tensiones, malos modos, tratos desagradables,...?
¿Hay alegría y buen humor en las zonas de trabajo? ... |
Comunicación:
¿Están adecuadamente informadas las personas de cuanto sucede en la
Organización? ¿Se forman áreas estancas o impermeables? ¿Hay fluidez y
agilidad?... |
Trabajo en equipo:
¿Hay reuniones periódicas? ¿Son útiles y productivas? ¿Facilitan o
entorpecen las tareas? ¿Se busca en ellas la mejora continua? ¿Reina
el orden o el caos?... |
Delegación:
¿Tienen la posibilidad real de tomar decisiones? ¿Gestionan algún tipo
de presupuesto? ¿Qué ámbitos abarca su responsabilidad? ... |
Pertenencia:
¿Son escuchadas sus opiniones referentes al trabajo en sí o sobre
otros temas? ¿Están orgullosos de la empresa para la que trabajan? ¿Se
identifican con “los colores del equipo”? ... |
Reconocimiento:
¿Se les agradece el trabajo en el que destacan? ¿Se les recompensa?
¿Forma parte de la cultura propia de la Organización “dar las
gracias”? ... |
Entusiasmo:
¿Los empleados comienzan su jornada con ganas de ir a trabajar? ¿Se
acometen los nuevos proyectos con desaliento? ¿Se proponen con
frecuencia ideas nuevas? ... |
LA MOTIVACIÓN DEL PERSONAL HACIA LOS OBJETIVOS DE LA
EMPRESA
La motivación del personal hacia los objetivos de la empresa es
fundamental para alcanzar el éxito. Cuando la plantilla trabaja
desmotivada, lo manifiesta de diferentes formas, una de ellas es que no
tiene deseos de concurrir a su lugar de trabajo, ya sea mediante el
absentismo, entrar “algo” tarde, continuas bajas, pérdidas de tiempo
injustificas,... En estas condiciones su rendimiento será deficiente, lo
cual generará más desmotivación dentro del equipo.
Los recursos humanos son los activos más
importantes de la Organización, por lo que la motivación y la fidelización
son fundamentales para la misma. ¿Tomamos con frecuencia “la
temperatura” a la motivación de nuestros colaboradores? El espejo en que
mejor podemos verla reflejada es el clima laboral que se respira, su
análisis nos permitirá determinar si el liderazgo ejercido es el correcto
o no. Pero también debemos reflexionar sobre nosotros mismos, pues el
estímulo debe comenzar, sin lugar a dudas, en los niveles más altos, dando
ejemplo de motivación, profesionalidad y comportamiento ético, por eso es
bueno que realicemos con nosotros mismos una autocrítica:
► |
¿Tengo
ganas de ir a trabajar? |
► |
¿Procuro ser imparcial? |
► |
¿Comienzo con alegría el día? |
► |
¿Cumplo mis promesas? |
► |
¿Me
dejo llevar por suposiciones no suficientemente fundadas? |
► |
¿Soy
lo suficientemente humilde para reconocer los errores? |
► |
¿Hago
acepción de personas? |
► |
...
(añada otras reflexiones)... |
CÓMO
FOMENTAR LA MOTIVACIÓN DE SUS COLABORADORES
Cada individuo es único y el líder debe atender a cada individualidad y el
ambiente propicio para que emerja la motivación interior.
Con una adecuada motivación y como consecuencia de un
buen clima laboral se logrará aumentar la productividad. Todos
los líderes en este principio de siglo se enfrentan al reto de motivar a los
trabajadores para que obtengan los resultados deseados, con eficacia,
calidad, innovación, ética y responsabilidad social, así como con su propia
satisfacción y compromiso personal. Son muchas las cosas que un directivo,
si pretende liderar la motivación de sus colaboradores, puede realizar para
fomentarla:
1- |
Un
salario adecuado a la tarea que se realiza y en función de la
responsabilidad que se tiene. El dinero es un instrumento, pero adquiere
importancia como medio para la satisfacción de necesidades. |
2- |
Generar
una Visión, una proyección temporal de la Organización atrayente,
retadora, con capacidad de ilusionar y estimular. |
3- |
Una
correcta Planificación Estratégica, acorde a la Misión, coherente y en
la que se involucre al personal adecuado. |
4- |
Apoyarse
más en la autoridad moral que en el poder formal. |
5- |
Procurar
que los colaboradores dispongan los recursos que precisan sin que estos
tengan siempre que “estarse buscando la vida”. |
6- |
Dirigir
con inteligencia emocional, no teórica sino práctica. Eso no se consigue
participando en un seminario o leyendo un libro, sino poniéndola en
práctica de forma cotidiana. |
7- |
Respetar
la dignidad personal y profesional de los colaboradores, tanto en el
fondo como en la forma. |
8- |
Fomentar
la conciencia de producción bienes y/o servicios. Lograr que la persona
sea consciente de que origina una mercancía valiosa y valorada, ya que
la producción puede entenderse en sentido económico o con un punto de
vista más amplio relacionándolo con las necesidades del ser humano. |
9- |
Facilitar el desarrollo humano y profesional de las personas. Siempre es
bueno y prudente rodearse de personas de valía que estén dispuestas a
mejorar, y es a estas a quienes, principalmente se debe facilitar y
proporcionar oportunidades de aprendizaje y de mejora de habilidades. |
10- |
Fomentar
la autoestima. El hecho de trabajar se asocia en nuestra cultura y
tiempo histórico con una valoración positiva y el no trabajar con una
valoración negativa. Se censura a las personas que no trabajan a menos
que tengan fuertes razones para no hacerlo, tales como edad,
enfermedad,... La opinión que el individuo tiene de sí mismo, es en
muchos casos función del trabajo que realiza, de la excelencia de su
ejecución y de la forma como reconozca la sociedad la importancia de esa
labor que está desempeñando. |
11- |
Conseguir compaginar vida familiar y laboral, respondiendo a cada
necesidad individual. Mostrar interés real y lograr una aproximación
entre las metas personales y las de la Organización. |
12- |
Impulsar
el espíritu de equipo, estableciendo las condiciones en las que las
colaboraciones sucedan con facilidad y naturalidad. La camaradería
nacida del trabajo en equipo crea un sentido de comunidad para los
individuos involucrados, facilitando la comunicación y derribando
“muros”. |
13- |
Un
adecuado consumo de energía física y mental, evitando la aparición del
ocio, el aburrimiento y la rutina. Las personas trabajan también para
ejercitar sus músculos, su capacidad verbal y/o sus habilidades
intelectuales. La inactividad continuada es más negativa y desagradable
que el trabajo intenso. |
14- |
Proporcionar un enfoque de relación social, evitando el aislacionismo y
la introversión. Los individuos trabajan mejor cuando se sienten bien
con sus compañeros, con los mandos, los clientes y los proveedores. El
grupo de trabajo, que comienza siendo un medio para un fin, se convierte
con el paso del tiempo en un fin en sí mismo; la persona va a trabajar
también porque es importante para ella estar en compañía de sus colegas,
compartiendo lo que hacen, disfrutando de su mismo estatus, teniendo sus
mismos intereses, actitudes y obligaciones. El trabajo tiene un carácter
social innegable, pues en la mayor parte de los casos se realiza en
presencia de otras personas. |
15- |
Involucrar a los trabajadores en la definición y resolución de
problemas, y en la toma de soluciones. El hombre busca sentido en todo
lo que hace, y esto se relaciona en forma compleja con la manera de
utilizar las energías vitales. |
16- |
Es
importantísimo fomentar condiciones laborales atractivas que retengan a
los empleados más productivos. La alta rotación tiene un coste gravoso
para la Organización y es síntoma evidente de que “algo no funciona”. |
17- |
Alentar
y estimular la creatividad y la innovación de las personas. |
18- |
Permitir
la participación en la toma de decisiones. Alentar la participación y la
colaboración, construyendo los “puentes” necesarios para ello. |
19- |
Hacer
interesante el trabajo, enriquecer “ese puesto antipático” por el que
pasa tanta gente y que nadie quiere como propio. |
20- |
Relacionar parte de la retribución con el rendimiento. A mayores logros,
más beneficio individual. La motivación es un derivado de la ambición y
de la autoestima, el catalítico necesario para que esta formula funcione
es el incentivo. Todos trabajamos para obtener un beneficio, normalmente
tangible. |
21- |
Proporcionar recompensas, no necesariamente económicas, que sean
valoradas, cuando “se cumple más allá del deber” o en circunstancias
especiales. Evitar el agravio comparativo y crear una situación de
justicia y equidad, tanto en las tareas como en las recompensas. Cada
vez que un colaborador realice un esfuerzo extra en un proyecto o en
lograr alguna meta, reconozcamos el logro adecuadamente de una manera
única, diferenciada y notable. Es importante conseguir que estas
recompensas generen orgullo, entusiasmo y diversión. |
22- |
Otorgar
confianza y responsabilidad a quienes la merecen. |
23- |
Tratar a
los colaboradores como personas, no como “unidades de producción”. |
24- |
Tener en
cuenta el estatus social. El prestigio de un individuo es muchas veces
consecuencias de su ocupación. El prestigio de una profesión es uno de
los factores motivadores que atraen al individuo. |
25- |
Involucrar a los colaboradores en criterios éticos, de responsabilidad
social y medioambiental que estimulen su participación con el entorno,
creando un ambiente de confianza y respeto. |
26- |
Tratar a
todos igual es un craso error, pues todos somos diferentes, y a nadie le
gusta sentirse tratado de forma “clónica”, queremos sentirnos únicos.
Para ello hay que conocer y dedicar tiempo al individuo. |
27- |
Ofrecer
retroalimentación (feedback) de manera precisa y oportuna. A
nadie le gusta permanecer a oscuras con respecto a su propio desempeño.
De hecho un juicio de rendimiento negativo puede ser preferible a
ninguno, en esta situación una persona sabrá lo que debe hacer para
mejorar. La falta de retroalimentación suele producir en el empleado una
frustración que a menudo tiene un efecto perjudicial en su rendimiento. |
¿CÓMO LOGRAR LA AUTOMOTIVACIÓN?
La motivación es resultado de la interacción del individuo con la situación,
es una combinación de procesos intelectuales, fisiológicos y psicológicos
que decide con qué vigor se actúa y en qué dirección se encauza la energía.
Es un estado interno que excita, dirige y sostiene el comportamiento, un
sentimiento que determina el continuar o cesar una actividad. Sentirse
motivado significa identificarse con el fin y, por el contrario, sentirse
desmotivado representa la pérdida de interés y de significado del objetivo o
la imposibilidad de conseguirlo. ¿Cómo lograr la automotivación?
► |
El ser
humano busca el placer y evita el dolor.
Conocer cuales son las tareas con las que se disfruta y las vivencias que no
se desea experimentar, permitirá interpretar las actividades positivas y
establecer mecanismos de protección ante las negativas. |
► |
El ser
humano necesita cierta medida de control.
Quien desee motivarse en el desempeño de una tarea, incrementará los
elementos de esa tarea que están bajo tu control, incrementando su poder, su
autoridad o su capacidad sobre esa cuestión. Evitará siempre el caos, la
burocracia y el desorden. |
► |
El ser
humano necesita sentir que contribuye.
Es altamente estimulante el identifica de qué manera lo que se hace tiene un
impacto positivo sobre otros. |
La
motivación activa nuestra diligencia y, en definitiva, nos hace trabajar más
y mejor, disfrutando por ello. Así considerada, la motivación es
incuestionablemente deseable, y sólo falta conseguir que el esfuerzo del
individuo genere el mejor rendimiento. A los directivos corresponde el
asegurar que así sea: que no haya “fugas” de energía. Cuando hay motivación
suficiente, las probabilidades de lograr con éxito lo que se pretende
aumentan de forma muy considerable. Las estrategias sobre dirección y
desarrollo del personal son el factor más importante que permitirá
contribuir al logro de los objetivos empresariales y al desarrollo personal
de los individuos.
Autor:
Félix Velasco
Consultor de Management de Grupo ODE
ode@ode.es - www.ode.es
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