Peter
Drucker ha muerto. ODE, las organizaciones y los
directivos estamos de luto. En la mañana del viernes 11
de noviembre, pocos días antes de cumplir 96 años,
Drucker fallecía por causas naturales en su casa de
Claremont, California.
El “padre del Management moderno” nos deja un legado
extraordinariamente fecundo. Su carrera como escritor,
consultor y profesor se ha extendido a lo largo de un
increíble período de 75 años.
A Drucker corresponde el crédito de haber convertido la
teoría del Management moderno en una disciplina que
puede estudiarse y aprenderse. Son suyas ideas y
conceptos como la descentralización, la privatización,
la dirección por objetivos o el “trabajador del
conocimiento”.
“Sólo existe una definición válida del propósito de
una empresa: crear un cliente”, escribió hace 50
años. Drucker fue un visionario al reconocer mucho antes
que nadie que los empleados competentes y motivados son
la clave para el éxito de cualquier empresa, y que el
marketing y la innovación deben recibir una atención
prioritaria entre las demás áreas funcionales de la
empresa.
Durante décadas, ha influido en los líderes
empresariales más destacados. Andy Grove (Intel), Jack
Welch (General Electric) o Bill Gates (Microsoft)
reconocen haberse inspirado en las ideas de Drucker para
realizar los cambios radicales que han llevado al éxito
a sus organizaciones.
En todo este tiempo, Drucker ha tenido el don
excepcional de observar la realidad de la economía, la
empresa y la sociedad viendo en ella lo que los demás no
éramos capaces de intuir. Eso le ha permitido ir siempre
veinte años por delante. Al mismo tiempo, ha escrito de
forma sencilla para un público amplio, no académico. En
palabras de Thomas A. Stewart, Editor de la Harvard
Business Review, Drucker tenía la capacidad de
“organizar átomos de detalle en luminosos cristales de
conocimiento.”
Las ideas de Drucker se han plasmado en 39 libros,
traducidos a más de 30 lenguas. Desde su primer libro en
1939 (“The End of the Economic Man”) hasta el
último, que saldrá a la luz en enero de 2006 (“The
Effective Executive In Action”) han transcurrido 67
prolíficos años. Junto a Drucker, Grupo ODE ha producido
más de 50 cursos en vídeo que exploran y desarrollan las
ideas de sus libros, y que se han divulgado a decenas de
miles de directivos en España, Latinoamérica y Asia.
El Management es, según el planteamiento de Drucker, un
Arte Liberal, un saber que conjuga no sólo la economía,
sino también la historia, la sociología, el derecho o
las ciencias. Según decía, “el Management tiene que ver
con las personas, sus valores, su crecimiento y su
desarrollo, la estructura social, la comunidad e incluso
las cuestiones espirituales.” No en vano la obra de
Drucker conjuga armoniosamente la disciplina del
Management con otras áreas del conocimiento (en sus
libros son frecuentes las referencias a personajes como
Fidias, Tiziano, Tolstoi, Verdi o Pau Casals.) Conocedor
profundo de la economía, la política, la historia, las
ciencias naturales, la literatura o y las artes, con
Drucker se va posiblemente el último de los hombres
renacentistas.
Siempre interesado por la realidad española y catalana,
Drucker estuvo varias veces con los directivos y
empresarios de nuestro país con motivo de las
conferencias y seminarios organizados por ODE en los
años 80 y principios de los 90. Quienes tuvimos el
privilegio de trabajar y aprender a su lado, pudimos
descubrir a un ser humano excepcional, con una sencillez
y humildad sólo al alcance de los verdaderamente
grandes.
Cuenta Drucker que en su época de estudiante leyó una
historia sobre Fidias, el escultor más grande de la
Grecia antigua, que le trasmitió lo que significa la
"perfección". Hace 2,400 años Fidias recibió el encargo
de esculpir las estatuas que todavía hoy pueden
admirarse en los frisos del Partenón. Las estatuas
llevaron mucho trabajo y fueron admiradas
universalmente, pero cuando Fidias presentó su factura,
el contable de la ciudad de Atenas se negó a pagarle.
"Estas estatuas -dijo- están en el techo del templo, en
la colina más alta de Atenas. Nadie puede ver otra cosa
que el frente de las esculturas, pero Usted ha esculpido
también las espaldas, que nadie podrá ver." "Está
equivocado", respondió Fidas. "Los dioses sí pueden
verlas."
A Drucker le gustaba explicar que la moraleja de esta
historia le acompañó durante el resto de su vida: hay
que esforzarse por la perfección aun cuando "sólo los
dioses" lo adviertan. Por eso, siempre que alguien le
preguntaba cuál de sus libros consideraba el mejor, él
sonreía y respondía con picardía: "¡El próximo!"
Después de tanto tiempo, parece casi imposible que nunca
más vaya a existir “un próximo libro” de Peter Drucker.
En un primer análisis, se trata de una pérdida
irreparable. Pero al mismo tiempo, quizás sea éste el
mejor legado que nos deja Peter, su ejemplo de
dedicación obstinada a un trabajo que le apasionaba. Y
quizás en eso resida parte del secreto de su longevidad.
Adiós, Profesor Drucker. Hasta siempre, amigo Peter.
Descansa en paz.
Francisco Javier Palom Izquierdo
Presidente y Fundador de Grupo ODE
12 de noviembre de 2005 |