ACTUALIDAD
  Reflexiones sobre: 
PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA
 

Hay empresas que están obteniendo unos resultados muy pobres. La dirección está desesperada, lo está intentando todo y la mejora no llega. Se inicia el año con buenos propósitos, con grandes esperanzas de cambiar el signo de los acontecimientos y al segundo trimestre ya se ve que los beneficios, en el mejor de los casos, acabarán siendo parecidos a los del año anterior. anterior.

A veces la situación es peor. Hace poco un gerente, desmoralizado y apunto de arrancar a llorar, me decía: "Mi empresa está cerca de la liquidación. Parece que la única competencia clave que tenemos es la de saber perder dinero. En esto somos muy buenos".

En otros casos la empresa no está inmersa en una crisis sino que el gerente intuye que en el futuro los retos serán distintos a los actuales y que deberá dirigir los negocios de una forma diferente a la actual.

Con cierta frecuencia acontece que la empresa está obteniendo unos buenos resultados pero el gerente quiere motivar a su gente para que consigan unos resultados excelentes.

En todos estos casos la mejora que persiguen los gerentes nunca la obtendrán por el fichaje de un "mirlo blanco", ni por el logro del pedido o cliente "salvador", ni por las espléndidas ayudas oficiales, ni por lo que Vd. quiera. La solución está dentro de la empresa. Se debe cambiar. Pero este cambio no debe ser alocado. Debe estar basado en hallar y saber aprovecharse de auténticas oportunidades que van directamente a mejorar la cuenta de explotación de una forma, llamemos, espléndida.

A los directivos nos gusta vernos, y que nos vean, como a unos hombres de acción, como a unos activistas de la gestión. Parece que nos deleita el estar abocados a una vida trepidante, jalonada de decisiones difíciles y de soluciones a intrincados problemas. Bueno, a menudo no es así. Pero en cualquiera caso dedicamos poco, muy poco tiempo, menos del 5 %, a identificar y aprovechar aquellas oportunidades. Esto dice muy poco de nuestra calidad directiva y así nos va en muchas ocasiones.

Me gustaría reflexionar un poco sobre el plan estratégico. Antes debemos estar de acuerdo en lo que encierra este concepto. De entrada le diré que existen tantas definiciones de estrategia como gurús dedicados a ella. Pero vamos a aventurarnos. Para mí un plan estratégico es un conjunto de actuaciones que la empresa debe poner en marcha y que le permitirán obtener unos resultados económicos espectaculares con respecto a la situación actual.

Estas actuaciones estarán basadas en desarrollar aquellos puntos en los que se está mejor situada que su competencia, así como en corregir todas aquellas debilidades que la hacen frágil ante sus competidores. También recurrirá a identificar las posibilidades de incrementar los negocios con los clientes, de entrar en nuevos mercados, de trabajar con nuevos productos, de encontrar proveedores que le ayuden a ser más diferencial en costes y en prestaciones, y de hallar alianzas que le permitan ser más competitiva o iniciar nuevos negocios.

La elaboración de este plan se lleva a cabo por todas aquellas personas que tienen conocimientos del negocio, buenas ideas y ganas de aportarlas y de desarrollarlas.

No podemos olvidar algo fundamental, idear o elaborar los planes es un tema duro. Pero llevarlos a la práctica, conviviendo con los problemas de cada día, puede llegar a ser algo durísimo. Por eso la capacidad para llevar a término el plan estratégico es más importante que su calidad. Los entendidos dicen que sólo el 10 % de los planes estratégicos bien elaborados han obtenido éxito. El problema, por tanto, no es un plan defectuoso si no una mala o nula aplicación.

La elaboración y la ejecución del plan estratégico, aparte de ser un trabajo apasionante, es lo único que puede garantizar unos buenos resultados en el futuro a cualquier compañía.

Una buena planificación estratégica produce éxitos manifiestos. Esto es un hecho que he podido constatar en las diversas empresas en las que he actuado como consultor de este tipo de aplicaciones.

El primer grupo de éxitos está en algo muy importante: los resultados financieros. Es muy frecuente lograr:

  • El crecimiento de la cifra de negocios por encima, incluso, de los objetivos planificados.
  • La espectacular mejora de los beneficios.

Otros éxitos se centran en las difíciles relaciones con los clientes. Veamos lo que se suele conseguir:

  • Estar más cerca del cliente, escucharle mejor y aprovechar sus enseñanzas.
  • Anticiparse a las necesidades de los clientes y sorprender a la competencia.
  • Entrar, con buen pie, en mercados difíciles, que se "resistían".
  • Lograr alianzas con competidores o con los "fuertes" del sector.
  • Conseguir relaciones con los proveedores más directas y beneficiosas.

El plan estratégico también comporta éxitos manifiestos en el desarrollo profesional de las personas. Veamos algunos logros.

  • El mejor curso de management práctico que han recibido los directivos que formulaban el plan.
  • El profundo conocimiento de la empresa y de sus negocios, por parte de todos los componentes.
  • La puesta en común de los valores y el compromiso de predicarlos con el ejemplo.
  • La creación de una atmósfera de ayuda recíproca, de ilusión, colaboración y orgullo de pertenencia a una empresa con éxito reconocido.
  • Saber pensar con mentalidad estratégica. Identificar en los trabajos del día a día la repercusión en el plan estratégico.

El último grupo de éxitos del plan, y no por ello el menos importante, descansa en la forma en la que están dirigidas las personas.

  • Bajar el plan estratégico hasta el último escalón del organigrama. Instaurar la dirección por objetivos coordinados con los estratégicos.

Servir de guía en la actuación de las personas, qué cosas deben llevar a cabo y cuáles no. Saber priorizar y enfocar las actividades.

José Manuel Pérez Soto
Socio Director del Grupo ODE

© 2002 Grupo ODE Casp, 58 pral. - 08010 Barcelona (Spain)
Tel: +34 933010162 - Fax: +34 933013141